La Asociación Territorial de Ingenieros Industriales de Andalucía Occidental

Germán AyoraPor Germán Ayora. Presidente de la AIIAOc.

Las Asociaciones de Ingenieros Industriales son las organizaciones profesionales más antiguas de España, de carácter civil, de la Ingeniería Industrial. Su origen data de finales del siglo XIX, y se crearon para canalizar las inquietudes y reivindicaciones de los pioneros de la Ingeniería Industrial en nuestro país. Algunas de estas reivindicaciones siguen siendo muy actuales: demanda de industrialización y de enseñanza en el ámbito industrial, constitución de un colectivo de referencia que jugase un papel relevante en el diseño del desarrollo industrial nacional, defensa de las atribuciones profesionales, formación y actualización continua de los conocimientos de sus afiliados, y creación de un Cuerpo Nacional de Ingenieros Industriales en la Administración pública.

ORIGEN Y PRIMEROS PASOS HISTÓRICOS
En mayo de 1918, fruto de las iniciativas profesionales que se produjeron en la época, nació la Asociación de Ingenieros Industriales de Sevilla (AIIS), germen de la que posteriormente sería la Asociación Territorial de Ingenieros Industriales de Andalucía Occidental (ATIIAOC), como Agrupación de la Asociación Nacional de Ingenieros Industriales. No obstante, aunque 1918 se considera formalmente como año de constitución de nuestra asociación, hay datos que confirman su funcionamiento de manera informal e independiente desde principios de esa década. La AII de Sevilla se constituyó como persona jurídica de carácter privado, con total libertad de acción en su ámbito territorial incluso ante los poderes públicos. La actual configuración territorial, agrupando a las provincias de Cádiz, Córdoba, Huelva y Sevilla, data de principios de la década de los 40, si bien siempre se mantuvo el carácter privado y la independencia funcional de sus orígenes.

Esta figura de asociacionismo profesional era entonces, y continua siéndolo en los países europeos más industrializados, la habitual de las organizaciones profesionales de la Ingeniería Industrial. Conviene señalar en este punto a la Institution of Mechanical Engineers (IMechE) del Reino Unido, fundada en 1847, que cuenta hoy con más de 100.000 miembros, y la Verein Deutscher Ingenieure E. V. (VDI) de Alemania, constituida en 1856, la mayor asociación europea en el campo de la técnica, con más de 150.000 afiliados.

En el caso de la AII de Sevilla, con sus sucesivas ampliaciones territoriales hasta configurarse definitivamente como la ATIIAOC, continuó desarrollando su actividad en las décadas de los 20, 30 y 40 en un entorno socioeconómico extremadamente duro, marcado por las repercusiones en España de las dos guerras mundiales, las crisis de los 30 y la guerra civil española. Todo ello en un escenario de graves estrecheces económicas (en 1932 sólo había 43 afiliados en toda Andalucía) y una situación política muy poco estable. Así se llegó a 1949, en el que por medio de un Decreto de 9 de abril del Ministerio de Industria, se autorizó la creación de los Colegios de Ingenieros Industriales, circunstancia que marcó un punto de inflexión en el devenir de las Asociaciones de Ingenieros Industriales en España.

CAUSAS DE LA CREACIÓN DE LOS COLEGIOS PROFESIONALES
Desde la perspectiva que el transcurrir de los años nos permite, conviene realizar una rápida reflexión sobre las causas del nacimiento de estos colegios. Bien es cierto que las agrupaciones de Ingenieros Industriales deseaban salir de la situación de precariedad económica en la que se desenvolvían desde hacía décadas, y también que existían reivindicaciones históricas de estos colectivos parar aumentar el estatus de las agrupaciones y convertirlas en corporaciones oficiales, públicas, para amparar el ejercicio profesional, como era el caso de otras profesiones, en alguna de ellas desde hacía incluso siglos (los colegios de abogados nacieron en el siglo XVI y los de médicos en el XIX).

Pero también es verdad que con la creación de los colegios de ingenieros industriales culminó un proceso de control público (y, en sus orígenes, quizás también político) y de centralización, que ya se había intentado en las asociaciones tras la guerra civil: reformas estatutarias de carácter centralista, necesidad de la aprobación previa del Gobierno al nombramiento de presidentes, presiones políticas sobre algunas asociaciones, y reorganización profesional para mejorar la colaboración (?) con los planes económico-industriales del Gobierno. Es significativa a este respecto la redacción del artículo 4, ‘Fines de los Colegios de Ingenieros Industriales’, del citado Decreto:

a) El asesoramiento al Estado y a los particulares en las materias de su competencia, emitiendo los dictámenes que les sean interesados por autoridades competentes, así como por las asociaciones o particulares, cuando se estime oportuno.
b) La cooperación con la Administración de la Justicia en la designación de los Ingenieros Forenses.
c) Las labores científicas y culturales relacionadas con la especialidad.
d) El desarrollo y organización de la previsión de los colegiados.
e) La defensa de los derechos y del decoro de la clase, velando porque los colegiados observen intachable conducta respecto a sus compañeros y clientes.
f) Todos los demás que legalmente deban desarrollarse por agrupaciones profesionales del mismo signo.

Se estableció la colegiación obligatoria para ejercer la profesión de ingeniero industrial, excepto para aquellos que sólo desarrollasen su actividad en el seno de la Administración pública. Y, como corporaciones de carácter público, se decretó que los Colegios dependieran del Ministerio de Industria y Comercio. En resumen, con este Decreto se garantizó la autofinanciación y suficiencia económica de los colegios de ingenieros industriales mediante la implantación de cuotas e ingresos por visados, pero al mismo tiempo se aseguró el control público de estas instituciones.

NACIMIENTO DEL COLEGIO DE ANDALUCÍA OCCIDENTAL
Como consecuencia del citado Decreto, en febrero de 1951 se creó el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Andalucía Occidental y Badajoz, pasando a funcionar en la práctica como una prolongación de la actividad desarrollada hasta entonces por la ATIIAOC. A partir de este momento, aunque se mantuvo la existencia de las asociaciones, la propia dinámica de funcionamiento hizo que su actividad fuera absorbida por los colegios, salvo en casos puntuales, por asumir éstos las mismas funciones que hasta ese momento desarrollaban las asociaciones.

Sin embargo, a principios de la década de los 80, a causa de las inquietudes surgidas por ciertos movimientos sindicales tras la instauración del estado de las autonomías, que se interpretaron como riesgos a la existencia de los colegios a pesar de que éstos habían sido reconocidos en nuestra Constitución, la clarividencia de algunos de nuestros compañeros aconsejó la revitalización de las asociaciones, por si en algún momento hubiera que refugiarse en ellas. Se inició entonces una nueva etapa de funcionamiento de nuestra asociación que se extiende hasta la actualidad, y que se ha materializado en un auténtico proceso de puesta a punto, felizmente culminado, para hacer capaz a ésta de asumir el rol que probablemente deberá adoptar en el futuro.

Paradójicamente, las circunstancias sobrevenidas en los últimos años en el seno de la Ingeniería Industrial han puesto en primer plano al movimiento asociacionista en España, pasando de ser una figura histórica a una figura instrumental de primera magnitud para canalizar las reivindicaciones de la Ingeniería en general, y de los ingenieros.

La asociación, como entidad de carácter privado e independiente de la Administración Pública, ha demostrado ser actualmente la personalidad jurídica más flexible, funcional e idónea para reivindicar y encauzar las inquietudes y aspiraciones de la Ingeniería en general, al amparo de cualquier presión pública. Basta recordar algunas de las iniciativas materializadas en los últimos años bajo la vertebración jurídica del asociacionismo, dentro y fuera de España: Asociación de Ingenieros Profesionales de España, Asociación Superior de Ingenieros de Andalucía, World Federation of Engineering Organisations, European Federation of National Engineering Associations o Instituto de la Ingeniería de España.

EVOLUCIÓN DE LA ASOCIACIÓN
Y es por ello que la ATIIAOC ha pasado de ser una agrupación hibernada a la espera de lo que pudiera deparar el futuro, a constituir una realidad institucional que muy probablemente estará obligada a asumir a corto plazo un papel protagonista en la Ingeniería Industrial de Andalucía.

Es curiosa la evolución cíclica del devenir de los acontecimientos. Así como en 1949 se produjeron cambios legislativos con el objetivo de regular el ejercicio de la profesión de ingeniero industrial, las recomendaciones recibidas en los últimos años por el Gobierno de España desde diversos organismos internacionales, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el Fondo Monetario Internacional y la propia Unión Europea, le están llevando a considerar medidas de desregulación que con seguridad alterarían de forma significativa el papel a desempeñar en adelante por las organizaciones profesionales.

Así, si fueran adelante las medidas previstas en el último borrador de la futura Ley de Servicios y Colegios Profesionales, aún en tramitación, nos encontraríamos de buenas a primeras, por ejemplo, con que la colegiación para el ejercicio de la profesión de ingeniero industrial sólo será obligatoria en determinados casos y, como consecuencia de ello, que los colegios de ingenieros industriales dejarán de tener la exclusividad de la representación institucional de estos profesionales.

En esta situación, parece razonable suponer la existencia a corto y medio plazo de compañeros que pudieran optar por no colegiarse, y delegar su representación en otras organizaciones alternativas. Y aquí surgirían nuevamente las asociaciones de ingenieros industriales, como instituciones de referencia pioneras en la agrupación de este colectivo, que se verían obligadas a dar un paso adelante y afrontar, un siglo después, la representación institucional de una parte de la Ingeniería Industrial.

ACTUALIDAD Y OBJETIVOS DE LA ASOCIACIÓN
¿Cuál es la realidad actual? La ATIIAOC, cuya web es www.aiiaoc.com, es una institución prácticamente centenaria, con personalidad jurídica de carácter privado, sin ánimo de lucro, declarada de interés público, e inscrita en el Registro de Asociaciones de la Junta de Andalucía. Su personalidad jurídica privada garantiza su absoluta independencia de los poderes públicos, y su funcionamiento sin injerencias ni presiones políticas de ningún tipo. Actualmente, cualquier colegiado del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Andalucía Occidental, por el mero hecho de serlo, pertenece a la ATIIAOC. La cuota anual de asociado es de sólo quince euros, y está incluida en la cuota que se abona al COIIAOC.

De una forma resumida, los objetivos fundacionales de la ATIIAOC son, entre otros, los siguientes:

1. El desarrollo humano, cultural y profesional de los asociados.
2. El fomento de la imagen de la Ingeniería Industrial ante la sociedad.
3. La colaboración con los colegios oficiales de ingenieros industriales.
4. El establecimiento de relaciones con organizaciones de fines coincidentes, españolas e internacionales.
5. La orientación de su actividad técnica a la mejora de la industrialización y la economía en su ámbito territorial.
6. La colaboración con las administraciones públicas y con las entidades públicas y privadas.
7. La realización de labores socioculturales que fomenten la interrelación y cohesión de los asociados.

A este respecto, conviene señalar que la ATIIAOC realizó durante 2013 más de 60 actividades que supusieron la asistencia de más de 1.400 personas; cifras que confiamos superar en el ejercicio de 2014. Igualmente, la ATIIAOC
hace llegar la voz de sus asociados y está representada en la actualidad en los siguientes organismos:

• Instituto de la Ingeniería de España (IIE).
• Federación de Asociaciones de Ingenieros Industriales de España (FAIIE).
• Intituto Andaluz de Tecnología (IAT).
• Asociación de Ingenieros Profesionales de España (AIPE).
• Asociación Superior de Ingeniería de Andalucía (ASIAN).
• Centro de Innovación de Tecnología Alimentaria (CITAGRO).
• Publicaciones Dyna.
• Fundación de Patrimonio Industrial de Andalucía (FUPIA).
• Andalucía Industrial.
• Empresa de Ingenieros Industriales para la Innovación (EI3).

FUTURO DE LA ATIIAOC
En este punto cabe preguntarse ¿cuál debe ser la orientación de la ATIIAOC en el futuro inmediato?, ¿a qué demandas tendrá que dar respuesta para confirmar su utilidad?, ¿en qué temas principales deberá centrar su trabajo? Pues, además de nuestros objetivos estatutarios ya indicados, entendemos que las asociaciones de ingenieros industriales deberán concentrar todos sus esfuerzos en muchos de estos campos:

A. La actualización de la enseñanza de la Ingeniería, adaptándola a los cambios propios del desarrollo tecnológico de una sociedad globalizada y a las necesidades del desarrollo industrial de Andalucía. La acreditación de los programas
de estudios universitarios y de las universidades que los imparten. El estímulo de vocaciones para el estudio de la Ingeniería Industrial.

B. El acercamiento de los jóvenes a la realidad del mundo laboral, favoreciendo su inserción en el mercado de trabajo.

C. La implantación de mecanismos de certificación y reconocimiento de las cualificaciones profesionales. La homologación de titulaciones y el reconocimiento mutuo internacional, para facilitar la movilidad de los ingenieros y aumentar la competitividad.

D. El perfeccionamiento y la ampliación de formación teórico-práctica, de forma continua.

E. El fomento de la identidad asociativa, la autoestima, la puesta en valor del trabajo realizado, el sentido de pertenencia al colectivo y el prestigio social de la profesión de ingeniero industrial.

F. El fortalecimiento de la independencia de las asociaciones, en paralelo con la consecución de más capacidad de influencia ante los poderes públicos y la mayor transparencia en la gestión.

G. El fomento de la interrelación, la cooperación, el conocimiento mutuo y el intercambio de experiencias entre los asociados, primando el establecimiento de lazos de unión, el compañerismo y la cohesión.

H. La apertura a la sociedad, acercando las asociaciones a la gente corriente, como medio para aumentar el reconocimiento a la labor de los ingenieros industriales y su proyección social. La implicación en la problemática social que nos rodea.

Éste es el reto a abordar, sobre la base de la necesaria y continua adaptabilidad de las asociaciones a un entorno cambiante, que se mueve a gran velocidad y que precisa de una capacidad de respuesta rápida y ajustada a los
instrumentos actuales de comunicación.

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