«Emprendimiento y paternidad son dos experiencias con muchísimos elementos comunes»

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La revista Ingeniería Industrial entrevista a Juan Carlos Fernández, ingeniero industrial y CEO de Kellegant.

Nacido en Cádiz, estudió Ingeniería Industrial en la ETSI de Sevilla. Tras finalizar sus estudios, comienza a trabajar formando a personal de la Empresa Nacional de Celulosas en Huelva y Torraspapel en Algeciras y Motril. Cuenta con una dilatada experiencia sobre todo en el área de Calidad, especialidad que desarrolló durante sus años en la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IDEA). En 2015 comienza a colaborar en el Espacio RES, actividad que le condujo a emprender y fundar Kellegant.

¿Cómo surgió el germen de Kellegant?

La idea se fraguó a partir del resultado de una investigación en tecnologías y mercados sobre calzado, tendencias y problemas actuales que padecen los usuarios. El planteamiento inicial se centraba en resolver un problema de capacidad en la fabricación de calzado ortopédico para la mayoría de las patologías. Sin embargo, se observó que el mercado, al menos en nuestra área de influencia, era limitado y con una política de precios predefinida por la Administración. Estos dos argumentos me hicieron redefinir la idea de negocio y centrarme, a partir de la tecnología que estaba llegando y que conocía, en el calzado de vestir de caballero. La idea de emprender me ha acompañado desde que estudié, pero el hecho de trabajar por cuenta ajena merma mucho la capacidad emprendedora de cualquier persona. En el momento en que decidí crear Kellegant no trabajaba, tenía 47 años y era uno de los damnificados por la crisis económica.

¿Cómo fue el proceso de crear Kellegant?

No fue nada forzado, sino que unos pasos me llevaron a otros y esos a los siguientes. Para ello, me ayudó mucho estar en el Espacio RES, intercambiar experiencias, impresiones y preocupaciones con otros emprendedores, unos muy jóvenes y otros de mi quinta. Pero, sobre todo, me sirvió el apoyo en el método. Gracias a compañeros de este Espacio he tenido muy presente la metodología Lean Startup, que ha sido la que me ha permitido centrarme en lo importante y dejar lo accesorio para más adelante. Una vez que tienes construidos los mimbres: la idea de negocio, la propuesta de valor, la tipología de cliente y un testeo de potenciales clientes; lo demás ha venido rodado.

¿Cuál considera que es el factor diferencial de su empresa?

La primera propiedad de los zapatos Kellegant es que se tratan de zapatos a medida. Nuestro cuerpo es en general asimétrico y, en consecuencia, nuestro pie izquierdo puede ser muy diferente a nuestro pie derecho. Sin embargo, no es posible presentarse en un comercio tradicional de calzado solicitando un número para el pie izquierdo y otro para el derecho, o un zapato más ancho que otro.

Kellegant resuelve este problema, ya que cada zapato se hace a la medida de cada pie, con longitud y ancho que se ajusta a los estándares de confort de cada cliente. En la medición no utilizamos técnicas tradicionales. A través de un escáner, reconstruimos en 3D cada pie y, a partir de estos objetos, tomamos todas las medidas necesarias para definir el tamaño de cada zapato. Otro aspecto diferencial es que cada uno puede personalizar el zapato a su gusto y verlo en pantalla antes de decidirse sobre la configuración final. Por último, utilizamos un renderizado en 3D que permite combinar piezas del zapato en diferentes texturas y colores para visualizar el calzado que uno desea.

¿Dónde se fabrican los zapatos?

Todo el proceso se realiza en España y la calidad del material con el que elaboramos el calzado es tan exclusivo como el método de fabricación. Usamos siempre pieles curtidas en nuestro país. Además, utilizamos solo el método goodyear de cosido de la suela al zapato. Para completar la propuesta de valor, al no disponer de tienda propia, Kellegant acude al domicilio u oficina del cliente para realizar la medición, asesorarle y ayudar a configurar los zapatos. En el plazo de 4 semanas, el cliente recibe los zapatos donde desee.

¿Cuáles son vuestros principales clientes?

Tenemos tres tipos de clientes que, realmente, se concentran en dos: personas que no encuentran un calzado elegante que les resulte cómodo, personas que desean tener un zapato exclusivo, y la tercera serían las tiendas tradicionales de sastrería. Por el momento, mantenemos exposición permanente en una de las sastrerías con más tradición en Sevilla, Cañete, en calle Rioja, y se está negociando con otras de Málaga, Madrid y Barcelona para comenzar la expansión.

¿Con qué profesionales cuenta Kellegant?

Siempre he tenido presente el concepto Lean que, enfocado a jóvenes empresas, plantea la inversión en lo estrictamente necesario. De esta manera, se ha comenzado con lo mínimo. Y en lo relacionado con mano de obra, se han subcontratado todas las actividades con profesionales de dilatada experiencia que aseguraran un trabajo con una calidad acorde al concepto que se propone.

¿La Ingeniería irá calando cada vez más en profesiones más tradicionales?

Sin ninguna duda. En general, la tecnología viene a reducir tiempos de diseño y de proceso, estandariza métodos de fabricación, asegura niveles homogéneos de calidad y permite el uso de todo tipo de canales de comercialización. Todas estas ventajas aportan mayor valor al cliente y reducen notablemente los costes y tiempos de venta o prestación del servicio, por lo que mejoran la experiencia del cliente y los hacen más asequibles.

¿Alguna vez ha sido autónomo?

Sí, en tres ocasiones. Dos de ellas resultaron fallidas y una acabó siendo positiva, pero reducida en el tiempo. A los problemas consustanciales del emprendimiento relativos a la incertidumbre, a poder llegar al cliente objetivo, o a la falta de capital para afrontar con garantías el proyecto, se une un conjunto legislativo poco proclive a incentivar el espíritu emprendedor. Emprendimiento y paternidad son dos experiencias con muchísimos elementos comunes: preocupación, pasión, expectativas, incertidumbre, amor, dedicación, noches en vela y días sin horas. Las sensaciones que experimentas son difíciles de sentir con cualquier otra experiencia vital.

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