Carolina Expósito y Elena Guerrero tienen muchos aspectos en común. Ambas son estudiantes de último año del antiguo Plan 98 de Ingeniería Industrial en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Sevilla, por la especialidad de Energética. Además, ambas han organizado juntas el Acto de Despedida del Plan 98, experiencia que les ha otorgado una satisfacción personal muy positiva. A pesar de que coinciden en que han sido cinco años “muy duros y con mucha exigencia”, tanto Carolina como Elena tienen ahora en mente diversos proyectos y planes de futuro.

La aspiración de Carolina, sevillana de 22 años, es “llegar a formar parte del equipo de alta dirección de una entidad, e incluso por mis inquietudes empresariales, montar mi propia empresa, aunque antes, de cara a curtirme como profesional, prefiero trabajar por cuenta ajena”. Confiesa que no tiene una preferencia concreta, pero comenta que le llama mucho la atención “el sector de las Energías Renovables, ya que en Andalucía somos pioneros”.

En cuanto a seguir adquiriendo conocimientos, Carolina pretende comenzar a trabajar con el objetivo de lograr experiencia para, posteriormente, realizar un máster enfocado y más especializado en el sector. Señala que “cuando se termina la titulación, los alumnos tenemos un déficit laboral que es cubierto una vez que se comienza a trabajar, por lo que desde mi punto de vista es más idóneo realizar un máster una vez que ya tienes enfocada tu vida profesional y saber en qué ámbito te quieres mover como ingeniero”.

Por su parte, la gaditana Elena, que desarrolla una beca de colaboración en el departamento de Termotecnia de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Sevilla a través de AICIA (Asociación de Investigación y Cooperación Industrial de Andalucía), declara que en un principio prefiere “trabajar por cuenta ajena, aunque no descarto trabajar por cuenta propia cuando mi experiencia profesional se amplíe”. En este sentido, considera que “la universidad podría hacer de puente entre nuestras expectativas laborales y las necesidades de las empresas”. Además, señala que “ya sea en la empresa privada o pública, siempre tengo preferencia por el sector de la energía, que es en lo que me he especializado”.

Elena piensa que es necesario realizar el máster en Ingeniería Industrial para “una mayor especialización y un acercamiento a la vida laboral, así como esbozar un camino práctico a todos los conocimientos que he adquirido durante estos 5 años”. Cree que se trata de un “complemento que, aunque no es imprescindible, sí es necesario para completar nuestra formación y adecuarla aún más a la realidad”. Opina que con esta formación espera “profundizar mucho más en asignaturas que me han parecido muy interesantes pero que, por motivos de tiempo, no hemos podido adentrarnos en ellas tanto como me hubiese gustado”.

Tanto Elena, cuya principal motivación es “plantear soluciones eficaces a los retos actuales de forma que mejoren en todo lo posible la vida de las personas”, como Carolina, que manifiesta tener total disposición para trabajar tanto a nivel nacional como internacional, conforman una nueva generación de ingenieras industriales andaluzas que, sin duda, serán clave en el futuro de la profesión.

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