Los ingenieros industriales opinan: nueva legislación sobre construcción sostenible

JOSÉ MIGUEL BAGO

fundador/socio en Grupo Enersol

El desarrollo tecnológico está cambiando nuestra vida social y económica, y la energía, como necesidad básica, no se escapa de estos avances que van surgiendo a gran velocidad. Las constantes disminuciones de costes y mejora de eficiencia en los sistemas de generación renovables están permitiendo que la energía deje de ser un bien escaso y caro, y las estimaciones apuntan a una continuidad en esta tendencia. Sin embargo, contrariamente a lo que sería una política pública de apoyo al desarrollo de estas ventajas para los ciudadanos y empresas, la legislación que regula estos nuevos modelos de generación crea barreras técnicas y penaliza económicamente su implantación.

En este escenario se han publicado en Andalucía unos incentivos dentro del ‘Programa de Incentivos para el Desarrollo Energético Sostenible de Andalucía 2020. Andalucía es más’, que pretenden fomentar la eficiencia energética y el uso de sistemas de generación renovables. Pero, sorprendentemente, abandonan el apoyo a un nuevo modelo de compañías, como son las Empresas de Servicios Energéticos (ESE) que tanto éxito están teniendo en USA con la creación de empleo cualificado, y limitan las cuantías destinadas a la actividad industrial. Estos incentivos se han focalizado en la llamada ‘construcción sostenible’, gran demandante de mano de obra, buscando la eficiencia energética en los edificios que incluyen líneas de ayuda a soluciones de uso común. Además, llama la atención los porcentajes que obtienen las entidades locales frente a los ciudadanos y pymes, y favorecerlas también en comparación al sector privado.

Los incentivos en energía deberían de utilizarse como un sistema motivador para uso de estas nuevas tecnologías, que por su coste/beneficio o desconocimiento requieren un apoyo en su implantación en el sector privado, debiendo tener una continuidad para no distorsionar el funcionamiento del mercado. Con ello se multiplicaría el beneficio que estos incentivos pueden generar, creando una cultura de desarrollo económico y avance en la sociedad.

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