Antes del inicio de la crisis, la titulación de ingeniero industrial suponía un pasaporte directo a la estabilidad laboral. La actual coyuntura obliga a los jóvenes ingenieros recién egresados y emprendedores a pedir ayudas e incentivos para iniciar su actividad empresarial. Compañías como Repsol o la figura del inversor “particular” Business Angels, han creado fórmulas en materias relacionadas como la eficiencia energética. El objetivo es potenciar proyectos y finalizar así su implantación en nuestro país. La radiografía de empresas implicadas se extiende también al COIIM (Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid) y a su preincubadora de empresas, llegando también a administraciones públicas como la Agencia Idea en Andalucía. Todas ellas confían en el crecimiento y talento de las startups de los ingenieros más innovadores.
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