Historia viva de la movilidad eléctrica: un relato generacional de la Ingeniería Industrial

FRANCISCO DOMÍNGUEZ-ADAME COBOS

Hijo del creador del primer coche eléctrico.Adame CobosEl primer coche eléctrico de España se fabricó en el taller de la Escuela de Peritos Industriales de Sevilla y se denominó DAR, siguiendo las iniciales de su creador: Domínguez-Adame Romero. 

Francisco Domínguez-Adame Cobos tiene 84 años y una cabeza que aún recuerda cada detalle de su infancia y posterior adolescencia. Nació en Sevilla y comenzó en el Colegio de los Maristas en Huelva. Cuando se trasladó a Sevilla, continuó su formación en la misma congregación.

Pronto se interesó por la profesión que ya ejercía su padre, quien fabricó el primer coche netamente eléctrico en España, el DAR, denominado así en honor a su creador: Francisco Domínguez-Adame Romero. En octubre de 1948 se construyó la actual Escuela Politécnica de la capital hispalense que hasta el curso anterior se había establecido en la planta baja de la Plaza de España donde se llevo a cabo este invento.

Ese mismo año, se estableció el nuevo plan de enseñanzas en el que Domínguez-Adame Cobos comenzó a estudiar simultaneando los últimos cursos de bachillerato, con los primeros de la carrera. En 1951, se marchó a la Escuela Especial de Ingenieros Industriales en Madrid.

Estuvo como ayudante auxiliar de la asignatura de dibujo técnico y fue introduciendo cambios para adecuarla al perfil que demandaba la Ingeniería Industrial. Posteriormente, organizó esa misma asignatura en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Sevilla, donde impartió 8 asignaturas distintas, compaginando docencia y trabajo.

A comienzos de 1960 se incorporó a la compañía Sevillana de Electricidad, donde había estado como becario veranos anteriores. Primero estuvo en el servicio de centrales hidráulicas y, 8 años después, fue designado jefe de dicho puesto hasta 1977. Luego pasó a ocuparse de los sistemas de generadores, gestionando el gabinete de cogeneración hasta su prejubilación en 1993.

1er VEHÍCULO ELÉCTRICO EN ESPAÑA 

La Ingeniería es una profesión muy presente en la familia Domínguez-Adame. Comenzó con su padre a mediados del pasado siglo, quien diseñó y fabricó el primer coche eléctrico en España con la ayuda de su familia – su mujer se encargó de la tapicería-, pero sobre todo de sus dos hijos: Francisco y Juan Domínguez-Adame Cobos, ambos ingenieros, y un sopletista soldador.

La idea originaria devino porque en los años 40 escaseaban los combustibles y, aunque algunos optaron por vehículos de gasógeno, aquello resultaba bastante farragoso. Posteriormente, aparecieron nuevas cortapisas, como la imposibilidad de usar el vehículo algunos días de la semana en función de la matriculación. Fue cuando Domínguez-Adame Romero diseñó un vehículo que no tuviera que depender de las ordenanzas municipales sobre los coches con motores de explosión o combustión.

El primer paso fue la electrificación de un Fiat 508 (Balilla), que acabó siendo una carga innecesaria por el sistema de embrague, la caja de velocidades, la transmisión y el diferencial. Así que se optó por un diseño diferente con motores eléctricos y alojamiento de batería.En pocas semanas se diseñó y, a principios de 1946, se patentó bajo la marca DAR SE- 19935, para que pudiera ser matriculado.

DAR, 1959

Fotografía del DAR en 1959, antes de su venta

Los primeros cortes de la chapa, que serían para el chasis y la carrocería, se comenzaron en el sótano de un chalet del barrio del Porvenir. Después pasó para el ensamblaje y soldadura al taller de la Escuela de Peritos Industriales, donde el ingeniero Domínguez-Adame Romero era catedrático e impartía docencia en las asignaturas de Hidráulica y Termodinámica.

Este coche comenzó su servicio a finales del verano de 1946. Años después, cuando no existían restricciones para vehículos convencionales y las baterías ya no daban más de sí, se equipó con un motor de explosión con el que funcionó hasta su venta a finales del año 1959.

El vehículo DAR prestó servicio durante 14 años a la familia. Tenía capacidad para 5 personas, distribuido en 3 asientos delanteros y dos atrás dada la estrechez de la parte trasera. Domíguez-Adame Cobos recuerda que era un coche muy confortable y fácil de llevar porque no hacía ruido y únicamente tenía dos pedales: el derecho, que era un freno hidráulico; y el izquierdo, que cortaba la corriente para elegir la posición de las distintas conexiones entre motores y batería.

La batería era de plomo y sulfúrico, se recargaba todas las noches y tenía un radio de acción de 80 km. Estaba dispuesto para alojar 15 vasos de la batería en el capó y otros 15 en el maletero. Se fabricaron dos motores eléctricos que se acoplaban a cada rueda trasera con correas trapezoidales. El suelo del habitáculo era diáfano, al no disponer de transmisión a lo largo de todo el vehículo. Al final, cambió de color por lo sucio que resultaba el negro y la capota de lona abatida también fue sustituida por un cierre metálico cuando se estropeó por el paso del tiempo.

INGENIERÍA ENTRE GENERACIONES

Adame Cobos2Este ingeniero cree que el diseño de vehículos eléctricos en los modelos americanos puede ser mejorables. El motivo es que disponen de un mecanismo similar al de los coches motorizados con combustibles que los dota de un peso agregado innecesario, como el cambio de velocidades, la transmisión a lo largo del vehículo o el puente trasero con diferencial.

Destaca que el vehículo eléctrico está concebido para el transporte por la ciudad, en un principio porque contamina menos en el ámbito urbano. Sin embargo, Domínguez-Adame insiste en señalar cómo en el proceso de electrificación de los coches se omite que el proceso requiere de varias fases y que hay un incremento de entropía que revierte en el consumo de energía. Además, agrega que esa energía se obtiene a través de los procesos productores de fuente eléctrica igual a la convencional. Tanto es así que, para este ingeniero veterano, pretender que el coche eléctrico sea interurbano es a día de hoy un sueño, debido principalmente a las limitaciones en las baterías.

Años antes de que saliera el DAR, Francisco Domínguez-Adame padre quiso construir un vehículo de tres ruedas a partir de una motocicleta Harley. No llegó a fabricarse porque el cementado indispensable de los rodillos de trinquete se encargó a los talleres de Riotinto antes de que se pusieron en huelga, perdiéndose todas las piezas en el camino. Finalmente desistió a pesar de que la carrocería se encontraba en avanzado estado de fabricación en Sanlúcar de Barrameda.

Una versión de este último vehículo lo fabricó con madera y carrocería de gutapercha, movido con pedales. Se fabricó en la avenida de Los Naranjos, en Huelva, y en ocasiones se podía motorizar con un motor de arranque y una batería de 12V. Precisamente usó la batería del Fiat 508 y dejó dicho modelo para sus hijos.
Casi un siglo después, la tradición por la Ingeniería continúa viva, de hecho, dos de los ocho hijos de Domínguez-Adame Cobos son grandes ingenieros reconocidos en el mundo académico.

 

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