Rafael, a la izquierda, ingeniero industrial autónomo senior | Luis, a la derecha, ingeniero industrial senior

La revista Ingeniería Industrial pone en marcha esta nueva sección en la que un ingeniero junior, en este caso Luis Carretero, preguntará a un ingeniero senior, Rafael López, algunas dudas que le surjan sobre la vida laboral. Con esta sección de mentoring, el Colegio pretende fomentar el apoyo a los jóvenes ingenieros para su inserción en el mundo laboral, algo que el COIIAOc se ha marcado como objetivo prioritario.

Luis: Al ser autónomo la responsabilidad es ilimitada, y al preguntar en el Colegio la respuesta me comentan que tengo que visar todo lo que vaya haciendo o buscar un seguro. No sabría qué opción es mejor, ¿podrías recomendarme cómo hacerlo?

Rafael: Entiendo que habría que hacer ambas cosas. El visado colegial ampara con su seguro, incluso con las ampliaciones que ofrecen. Por otro lado es conveniente, si el trabajo que se realiza tiene un alto valor, contratar un seguro de responsabilidad civil complementario.

L: En estos momentos hay una incertidumbre política que puede provocar un cambio de las condiciones actuales para los autónomos, ¿cómo crees que puede afectarnos?

R: En primer lugar, nos afectan porque la economía se ralentiza al aplazarse inversiones hasta tener clara la situación política, como está ocurriendo ahora. Por tanto, no hay proyectos nuevos.

En segundo lugar, por experiencias previas, los cambios políticos suelen acarrear nuevos impuestos que se añaden a los actuales y que ya nos traen fritos. Y más aún si tenemos en cuenta que nuestra actividad no suele permitirnos cobros que no sean totalmente transparentes.

L: ¿Crees que vale la pena comenzar con AMIC, o una vez cotizados ya 10 años en la Seguridad Social es mejor continuar con el RETA?

R: Cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes. Con AMIC se paga menos pero también hay menores prestaciones. Por otro lado, no parece claro que con RETA vayamos a tener asegurada una paga tras la jubilación, sobre todo si alcanzamos un patrimonio medianamente alto tras nuestra actividad profesional. Pero, eso sí, dispondremos de cobertura sanitaria que con AMIC no tendríamos. Por tanto es complicado, y ‘para gustos colores’.

L: Estoy pensando asociarme para buscar sinergias, pero no quiero aumentar la incertidumbre metiendo la variable relación con el socio, ¿crees que al comienzo es mejor trabajar solo o junto a otra persona como socia?

R: Creo que, al principio, es bueno asociarse, sobre todo para compartir gastos y complementar capacidades. Todas las sociedades suelen presentar problemas de disponibilidad, celos profesionales, etcétera, así que con el tiempo suele ser mejor colaborar con compañeros en aquellos temas que no dominamos.

L: En una empresa es relativamente fácil separar vida laboral y profesional, pero siendo autónomo veo que se corre el riesgo de trabajar 24 horas y estar siempre con el chip comercial, incluso en reuniones de ocio. ¿Cómo consigues separar ambas funciones?

R: Difícilmente se consigue. Si quieres ser profesional libre tienes que estar dispuesto a echar más horas que un reloj, si no, lo tienes complicado.

L: En nuestra formación no se fomentan las habilidades comerciales y sociales, ¿qué herramientas encuentras para conseguir vender tus servicios/productos?

R: Esto es un poco como el pez que se muerde la cola, sin duda, la mejor comercialización se consigue con el ‘boca a boca’ de los potenciales clientes. Éstos te buscan porque ‘eres bueno en algo’ y para ser bueno en algo tienes que tener alguien que confíe en ti y te encargue el trabajo. Sinceramente, lo normal es que todos empecemos en algún estudio donde aprendemos a trabajar y, cuando lo conseguimos, como ya conocemos posibles clientes, nos planteamos el salto a la independencia.

L: Siento que tengo muchos conocimientos generales en diversas materias, pero no soy experto en casi nada, por lo que compito en una cierta inferioridad. ¿Cómo consigues destacar en un campo cuando hay tantos profesionales especializados?

R: Creo que es buena la capacidad generalista con la que salimos de la escuela. Esto nos permite aprender a trabajar sea en lo que sea que empecemos. Después, la vida laboral te irá enfocando a especializarte en lo que realmente hagas bien. Como ya he dicho antes, es el trabajo el que te hace saber cuál es tu auténtica especialidad.

L: Debido a la fuerte competencia, no tengo claro si el resto de compañeros me proporcionarán una ayuda cruzada para crecer juntos o, por el contrario, me verán como competidor y tendré que tener cuidado con mis pasos. ¿Crees que el gremio de ingenieros te ha ayudado en el desarrollo de tu profesión?

R: En mi caso, no tengo dudas de que los compañeros me han ayudado mucho en mi profesión, tanto a conseguir clientes desde las empresas en las que trabajan, como al complementar mis limitaciones con sus conocimientos. Nunca me he sentido competencia de nadie, quizás porque somos pocos y aceptablemente bien avenidos.

L: Por último, una pregunta algo más profunda, ¿sientes la responsabilidad de mejorar Andalucía y ayudarla a crecer gracias a tu profesión?

R: La auténtica responsabilidad que siento es con mi cliente para hacer, lo mejor que pueda y sepa, el proyecto. La mejora del ámbito territorial donde actúas es un añadido que aparece ligado a cuando haces bien tu trabajo. Lo que sí sientes es el orgullo de hacer bien las cosas y mejorar tu entorno, el haber hecho algo útil donde no había nada.