Juan Gómez: «El nuevo máster da acceso, por ley, a la profesión regulada de ingeniero industrial, muy bien conocida y reconocida en el ámbito laboral”

La revista Ingeniería Industrial entrevista a Juan Gómez Ortega, director de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Jaén.

Juan Gómez

Ingeniero industrial por la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de la Universidad de Sevilla, donde realizó su doctorado relacionado con los robots móviles, ha trabajado como profesor durante once años en la institución académica hispalense. Hace más de diez años se trasladó a la Universidad de Jaén como responsable del Área de Ingeniería de Sistemas y Automática y, actualmente, dirige también la Escuela Politécnica Superior de Jaén.

Juan Gómez Ortega detalla las razones por las que se lleva a cabo el nuevo máster en Ingeniería Industrial y esgrime más detalles sobre sus ventajas y beneficios para el ingeniero industrial.

¿Por qué se pone en marcha este tipo de formación de máster?

Fundamentalmente se trata de una obligación, ya que nos encontramos ante un nuevo escenario de titulaciones en España, que deben estar estructuradas en grado y máster. En concreto, el máster de Ingeniería Industrial que tenemos en la Escuela Politécnica Superior de Jaén, por ejemplo, lo que hace es transformar el título anterior en su oferta equivalente con la nueva estructura del Plan Bolonia. En este sentido, se trata de un máster que da acceso a la profesión regulada de ingeniero industrial, por lo que sus contenidos están reflejados en una orden ministerial que se publicó en 2009. Al ser una profesión regulada, las personas que lo cursen tendrán acceso a las atribuciones profesionales que en ese momento estén establecidas por ley.

¿Qué ventajas aporta este máster al ingeniero industrial?

En primer lugar, el ingeniero industrial que lo realice contará con una formación a nivel de máster. Siempre es deseable y positivo alcanzar el máximo nivel de formación que esté en nuestras manos. Por otro lado, se trata de una apuesta por una formación integral en el campo de la Ingeniería Industrial, una versión muy transversal de la tecnología que da lugar a diferentes perfiles de trabajo. Este hecho genera ingenieros industriales con un alto grado de adaptabilidad a diferentes perfiles de trabajo, algo que amplía las posibilidades de empleo. La tercera ventaja es que quien realice este máster tiene acceso por ley a una profesión regulada y reconocida, obteniendo el nivel EQF 7 en el marco europeo de cualificaciones, que tiene unas atribuciones profesionales específicas más amplias que la del propio grado específico que desarrolle.

¿Cree que la industria andaluza necesita ingenieros industriales recién titulados?

Siempre los ha necesitado. En primer lugar, porque los egresados de nuestras escuelas de Ingeniería tienen
una muy buena formación, tanto teórica como práctica. Evidentemente, los años de experiencia profesional solo se pueden adquirir con el tiempo, pero la formación que tienen es muy sólida. Otra cualidad que tienen los nuevos egresados es su nivel de creatividad y su capacidad y habilidad para aportar soluciones novedosas a problemas sencillos o complejos, que en definitiva es a lo que nos dedicamos los ingenieros. Además, tienen una formación cada vez mejor en idiomas, lo que supone una ventaja competitiva y casi una necesidad en la sociedad actual. La mayoría ha viajado y ha estudiado o trabajado en el extranjero, y esto les aporta una visión más amplia.

¿Por qué es importante que los nuevos ingenieros industriales adquieran experiencia en el extranjero?

Es fundamental para los ingenieros de cualquier especialidad y para cualquier otra profesión. La sociedad actual es una sociedad globalizada, sobre todo en el mundo de la tecnología, donde las empresas están en contacto a nivel internacional. Hemos vivido en los últimos años de la crisis el aumento de las exportaciones de empresas españolas. Es decir, existe una necesidad de contar con gente que conozca otras formas de hacer las cosas, que haya experimentado
estas otras maneras de trabajar, y que aporte una amplitud de mira a la hora de abordar todos los retos profesionales.

Con este nuevo máster, ¿se equipara la enseñanza de la Ingeniería Industrial en España a la que se realiza en el resto de Europa?

Este tema hay que verlo desde dos puntos de vista. Desde el punto de vista del concepto, el ingeniero industrial, como lo percibimos en España, es distinto al que se encuentra en otros países. Se trata de un perfil muy generalista y por eso es muy apreciado. Hay que entender que el ingeniero industrial fuera de España es entendido como un ingeniero en organización industrial y eso no ha cambiado. Sin embargo, desde el punto de vista legal, el nuevo máster en Ingeniería Industrial tiene la calificación EQF 7 en el marco europeo de calificaciones, por lo que cualquier ingeniero que acabe el máster adquirirá ese nivel y podrá aprovechar todas sus ventajas fuera de España.

Desde su punto de vista, ¿qué tipo de perfil buscan las industrias en España? 

Creo que España es un sector industrial que no está demasiado especializado, por lo que el perfil del ingeniero generalista y multidisciplinar es muy apropiado. Las empresas buscan ingenieros con buena capacidad de comunicación e idiomas, y con actitud de implicación y compromiso. También se valora mucho la creatividad y la capacidad de innovación.

Al estudiante cuya vocación sea la docencia, ¿qué le recomendaría?

En primer lugar, es imprescindible tener un nivel de máster y un doctorado, aunque actualmente el acceso a la carrera profesional docente en la universidad española es difícil. Por otro lado, normalmente los alumnos que quieren introducirse en la universidad son alumnos que destacan y son captados por los propios profesores, que los integran en grupos de trabajo y de investigación. Además, estos alumnos suelen solicitar becas que ofrece el Ministerio o la Junta de Andalucía, a través de las cuales comienzan lo que se conoce como periodo de formación de personal investigador o personal universitario, que suele ser de cuatro años. A partir del segundo año, estos alumnos pueden empezar a impartir
clases, con ciertas limitaciones. Por tanto, en primer lugar, el estudiante debe identificar las temáticas que le interesan y, a continuación, contactar con los responsables para que los involucren en los equipos de trabajo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *