Francisco Triguero: “El valor histórico de sus escuelas y su alto grado de transferencia son dos aspectos esenciales para cursar el máster en una universidad andaluza”

La revista Ingeniería Industrial entrevista a Francisco Triguero Ruiz, secretario general de Universidades, Investigación y Tecnología de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía.

Francisco Triguero

Doctor en Matemáticas por la Universidad de Granada, Francisco Triguero ha ocupado las cátedras de Economía Aplicada en la Universidad de Sevilla y de Lenguajes y Sistemas Informáticos en la de Málaga. Además, ha formado parte del Consejo Andaluz de Universidades, en representación del Parlamento de Andalucía. Ocupó el cargo de director general de Universidades de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía y en la actualidad ostenta el cargo de secretario general de Universidades, Investigación y Tecnología, desde donde comenta la relevancia a nivel europeo de los nuevos másteres de Ingeniería Industrial que se impartirán en diferentes universidades andaluzas el próximo curso.

 

Ante la puesta en marcha de la primera edición del máster en Ingeniería Industrial, ¿qué expectativas cree que tendrán los alumnos?
Las expectativas deben ser extraordinariamente buenas, ya que se trata de la implantación del nuevo marco que tiene reconocimiento a nivel europeo y que pretende hacer Europa a partir del conocimiento y de la formación universitaria. Con la nueva organización de la enseñanza superior, se ofrece una formación similar en el tiempo que la anterior, pero con un mayor grado de especialización. Siguiendo las directrices del Espacio Europeo, ahora existe un primer ciclo, que sería el grado, y un segundo ciclo, donde los másteres ofrecen un conocimiento más específico, en grupos más reducidos, con una gran orientación al mercado de trabajo y con una mayor variedad de expertos entre los docentes con los que cuentan. En el caso de la Ingeniería Industrial, estos másteres son habilitantes para el ejercicio de la profesión, centrándose en aquellas competencias atribuidas por ley. Una vía que, estoy seguro, generará cada vez mejores profesionales.

¿Cree que este nuevo plan traerá beneficios a los estudiantes, con respecto al plan anterior?
Antes existía un único título que se construía de principio a fin de forma aislada. En este caso, se trata de un proceso incremental. Por tanto, al conocimiento especializado que se obtenía en determinadas titulaciones, se incorpora ya una formación complementaria que aporta transversalidad y que, por tanto, habilita a quien obtiene el título de máster a ejercer su actividad en todos los ámbitos, además de incorporar aspectos más creativos, de diseño, de visión de conjunto, entre otros. Por tanto, se trata de un proceso incremental de habilitación que recoge todo lo aprendido, dando un paso más allá y acercando la formación universitaria al mundo laboral.

Siempre se ha criticado la universidad por ser muy teórica. ¿Supone el máster algún avance en este sentido?

La formación sajona, es decir, la formación centroeuropea y americana, tiene una tendencia a una mayor especialización. Tradicionalmente, la enseñanza europea, y especialmente la latina, se ha caracterizado por una transversalidad y una visión de conjunto, mucho mayor. En el caso del Espacio Europeo de Educación Superior, cuando se empezó a hablar de su implantación, se hablaba de un cambio de paradigma que consistía básicamente en que antes se podía estudiar durante varios años para trabajar toda la vida, mientras que ahora eso es imposible debido a la versatilidad y el desarrollo tan acelerado e intenso que tiene el conocimiento. Ese cambio de paradigma es el que obliga también a obviar el concepto teórico-práctico. La práctica de hoy ya no será la práctica de dentro de cinco años, serán tecnologías diferentes, evoluciones diferentes, etc. En este sentido, lo que hay que hacer en la actividad universitaria es formar técnica y científicamente para poder adquirir nuevos conocimientos, a la par que conocer con toda la intensidad que permita el momento determinadas tecnologías que son las tecnologías del presente, pero sin olvidar que hay que preparar a los alumnos para ser capaces de adquirir la tecnología del futuro.

¿Favorecen los nuevos másteres las prácticas en empresas?

Es necesario diferenciar entre la formación dentro y fuera de la actividad universitaria. En el ámbito del grado y del máster, cada universidad cuando define su título tiene que decir qué marco de actividad complementaria y de práctica va a tener conforme a los convenios de colaboración educativa. Está todo perfectamente organizado de tal forma que no sea todo actividad profesional, ya que debe dejarse una parte para que complementar la formación en las aulas o los laboratorios. Una vez egresados, existen en Andalucía varias iniciativas para facilitar esa inserción laboral, como asalariados o con cualquier otra fórmula, que son las que permiten que los ingenieros industriales vayan avanzando y completando esa formación de forma más orientada a una actividad específica, vinculada ya a un sector industrial.

¿Por qué recomendaría realizar el máster de Ingeniería Industrial en alguna de las universidades andaluzas que lo ofrecen?

Hay dos aspectos importantes a tener en cuenta a la hora de estudiar en las universidades andaluzas. Uno es la propia tradición de Andalucía, que cuenta con escuelas pioneras a nivel estatal, como es la de Sevilla, en el tema de los másteres o en la Ingeniería Industrial de nivel superior. Este valor histórico permite valorar lo que ha sido y cómo ha evolucionado esta formación en Andalucía. Si nos centramos en el presente, tenemos que decir que el nivel de formación
y de reconocimiento en la actividad de transferencia y de desarrollo científico y tecnológico que han desarrollado las escuelas de Ingeniería Industrial que imparten másteres, o que los impartirán, ha sido muy importante, no solo en el proceso de formación sino también en el de transferencia. Habría que citar todo el desarrollo aeronáutico que se ha producido en el eje Sevilla-Cádiz, que está muy vinculado a la actividad de la Ingeniería Industrial en Andalucía, iniciativas de smart cities en Málaga y Sevilla, alta velocidad, energías renovables… y todo ello ha tenido una implicación muy importante por parte del colectivo de ingenieros industriales. Es una buena medida de referencia, un buen indicio de calidad, conocer cómo se desarrolla y aplica la ciencia en proyectos de éxito.

¿Cree que desde la universidad se favorece y potencia el emprendimiento?

Para emprender hacen falta tres cosas. En primer lugar, que la persona tenga una actitud emprendedora, una inquietud por desarrollar su propio proyecto empresarial, y eso nace del propio estudiante. En segundo lugar, es necesaria la formación que le permite tener más capacidad para emprender, que ya ofrece la universidad. Y, por último, son necesarios unos mecanismos para emprender de una forma más eficiente. En este sentido, los estudiantes cuentan con el Plan de Fomento de la Cultura Emprendedora del Sistema Educativo Público de Andalucía, que promueve los valores de la cultura emprendedora en todos los niveles educativos. Además, se ha puesto en marcha en los últimos meses un importante proyecto de apoyo al emprendimiento surgido en el ámbito universitario. Se trata, desde mi punto de vista, del mejor de los instrumentos posibles, un préstamo reembolsable de 22 millones de euros.

Esta iniciativa es un complemento o continuación del programa Campus, que tanto éxito ha tenido en Andalucía y que ha permitido generar empresas que ya están cotizando en bolsa o en el mercado alternativo bursátil. No olvidemos que empresas de base tecnológica de relevancia a nivel nacional han surgido de la universidad andaluza.

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